El mundo del ballet clásico
El ballet clásico
lunes, 27 de mayo de 2013
Zapatillas de punta
Las puntas son zapatillas especiales, que las bailarinas adquieren cuando poseen la fuerza requerida en los músculos del pie y la pantorrilla. Al principio de este proceso, las bailarinas sufren de un intenso dolor en los dedos y articulaciones, pero con los años van adquiriendo mayor fuerza y conocimientos que hacen que sus pies sufran cada vez menos. La primera bailarina en subirse a la punta de los pies fue Marie Taglioni en el ballet La Sílfide, en esa ocasión su padre la creo para ella.
El uso de las puntas de ballet en las estudiantes está programado hacia el final del primer año de ballet (Escuela Vaganova), cuando la musculatura ya se encuentra preparada. Los ejercicios en esta etapa son muy básicos, limitándose a elevarse en las puntas sobre los dos pies y siempre con la ayuda de la barra. Después ya empiezan a hacer pasos más complejos como, piruetas y saltos sobre las puntas.
Existen diferentes tipos de zapatillas de punta, de diferentes lugares del mundo. Rusas y estadounidenses son las principales. Cada zapatilla se adapta a las distintas necesidades y capacidades de las bailarinas. Por el ejemplo, el arco, la fuerza del empeine, etc.
La obra más conocida del ballet
El cascanueces es un cuento de hadas-ballet en dos actos y tres escenas de Piotr Ilich Chaikovski(1840–1893), compuesto en 1891–1892. Chaikovski puso música a la adaptación de Alejandro Dumas (padre) del cuento El cascanueces y el rey de los ratones, de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann (puesta en escena por Marius Petipa y encargado por el director de los Teatros Imperiales Iván Vsevólozhski en 1891). En los países occidentales El cascanueces se ha convertido quizá en el más popular de todos los ballets, principalmente representado en Navidad.
Chaikovski hizo una selección de ocho de los números del ballet antes de su estreno en diciembre de 1892, formando La suite de El cascanueces, concebida para tocar en concierto. La suite se tocó bajo la dirección del compositor, el 19 de marzo de 1892, con ocasión de una reunión de la sucursal de San Petersburgo de la Sociedad Musical. La suite se volvió popular desde entonces, aunque el ballet completo no logró su gran popularidad hasta los años 1960.
Entre otras cosas, la música de El cascanueces se conoce por su uso de la celesta, un instrumento que el compositor ya había empleado en subalada sinfónica mucho menos conocida, El voivoda (estrenada en 1891). Aunque se conoce como el instrumento solista presentado en el acto II de la Danza del Hada de Azúcar, la celesta se emplea en otras partes del mismo acto.
El esfuerzo para ser una bailarina
Para llegar a ser una bailarina de ballet clásico se necesitan muchos años de técnica de danza, esfuerzo y una inquebrantable tenacidad para poder soportar el dolor que produce esa diaria tortura a la que someten a sus pies. Por ello las zapatillas son la prolongación perfecta de las extremiddes de esas diosas que evolucionan sobre un escenario como suspendidas por hilos invisibles sobre las puntas de sus pies.
Este es un ejemplo de ese esfuerzo y de las manos artesanas que hacen un poco más fácil la plasticidad de las bailarinas del ballet clásico.
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